Y tú, ¿qué puedes hacer por el medio ambiente?

Las versiones microhíbridas del Kia Stonic contaminan menos que otras mecánicas más tradicionales

Es una cuestión de conciencia medioambiental. Cada uno de nuestros gestos es importante y conducir es uno de ellos. Por eso, las marcas se están aprestando a electrificar gamas y ofrecer soluciones sostenibles. Es lo que acaba de hacer Kia con el Stonic, un SUV contenido de 4,14 pero en el que no se echa nada en falta. Y menos, su vocación por reducir el consumo y, en consecuencia, las emisiones. Para conseguirlo, ha apostado por la microhibridación en su motor de un litro y tres cilindros, tanto en la versión de 100 caballos como en la de 120. En términos prácticos esto quiere decir que un pequeño sistema eléctrico de 48 V ayuda al de combustión en el momento del arranque y en algunas etapas de la conducción, hasta el punto de que el coche puede llegar a ir «a vela». Es decir, una vez que has cogido cierta velocidad, el Stonic es capaz de continuar por su propia inercia, con consumo cero, siempre que las condiciones sean favorables y no le hagas requerimientos extras al motor. Por supuesto, también está disponible este Kia con un motor únicamente de gasolina de 84 caballos, pero además de que se puede quedar un poco justito en según qué casos, no tiene esa vocación verde que sí tienen las otras dos mecánicas de 100 y 120 CV.

Según la motorización por la que apuestes, podrás elegir entre una caja de cambios manual de cinco velocidades, otra también manual de seis específica para motores microhíbridos que permite aumentar la eficiencia de combustible y reducir las emisiones de CO2, y una tercera automática de doble embrague. En todos los casos, el Stonic está disponible con tres acabados, Concept, Drive y el exclusivo y deportivo GT Line, además de opciones bitono, una tendencia que nació en los cincuenta y que desde hace unos años se ha vuelto a poner de moda.

Respecto al modelo que se presentó en 2017, en el interior, y siguiendo también las tendencias, incorpora una gran pantalla flotante de 8 pulgadas que preside el salpicadero y con la que se pueden accionar diferentes funciones del vehículo. Pero también podrás activar muchas otras a distancia gracias a la aplicación UVO Connect. Podrás, por ejemplo, seleccionar programar la climatización antes de subirte al coche no solo por una cuestión de confort, sino porque con la temperatura ideal la batería responde mejor. Otra de las funciones superprácticas es la de indicarte dónde has aparcado para que no tengas que volverte loca dando vueltas por todo el barrio hasta encontrar tu coche. También te ofrece estadísticas de tus viajes, consumo incluido, planificación de nuevas rutas, etc.

En materia de seguridad el Kia Stonic está a la altura, o incluso por encima, de lo que ofrecen algunos modelos de gamas superiores. Sorprende el asistente activo de mantenimiento de carril. Se trata de una función que corrige la trayectoria del vehículo automáticamente cuando se sale de su trazado sin poner el intermitente. Responsable de mantener el guiado en caso de que te hayas despistado o sufras un desvanecimiento, es uno de los básicos de lo que veremos en la conducción autónoma. Ya casi todos los coches de última generación incorporan este sistema al que, sin embargo, le falta un poco de perfeccionamiento en muchas marcas, incluso premium. Suele resultar muy intrusivo porque su principio de funcionamiento se basa en mantener el coche en el centro del carril respecto a las líneas que lo enmarcan. El problema es que cuando viajamos no siempre mantenemos la equidistancia exactamente respecto a las marcas de pintura longitudinales. A veces, un desplazamiento de unos centímetros es interpretado como pérdida de control del vehículo con la consiguiente injerencia del sistema en la dirección. En el caso del Kia Stonic esto no ocurre. Realmente entra en funcionamiento cuando el coche empieza a invadir el carril contrario, sin sobreactuaciones que a veces son más peligrosas que el riesgo que pretender evitar.

La prueba está en que cuando en otras marcas levantas las manos del volante, el coche actúa sobre la dirección de forma brusca para poder mantener la trayectoria. En el Stonic, sorprende cómo puede trazar una curva con suavidad sin que tú intervengas para nada. Por eso, cuando hay gente que se deja fortunas en coches más sofisticados y supuestamente mejores una se pregunta, ¿realmente merece la pena? Prueba el Kia Stonic antes de responder.

 

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