Por Marta García
No son lujosos, no tienen el máximo equipamiento ni tampoco los motores más potentes del mercado, pero ahí están los Dacia, poco a poco conquistando el mercado. El último en llegar bajo esta marca ha sido el Duster GLP, un coche que se mueve con gas licuado de petróleo además de poderlo hacer con gasolina.
El Duster es un vehículo que nació en 2010 como todoterreno y que compartía plataforma y tecnología con el Nissan Terrano. Fue tal la demanda que suscitó, que rápidamente se colapsaron los canales de venta y la capacidad productiva. Hasta doce meses tuvieron que esperar algunos compradores europeos para poder disfrutar de una de estas unidades.
Hoy, recuperados los plazos de entrega, el Duster se ofrece actualizado con motores gasolina, diésel y, el GLP con tracción delantera que ahora se incorpora a la gama. En este último caso, con un motor de tres cilindros de 100 CV que se mueve indistintamente con un combustible u otro gracias a un kit de GLP de Landi Renzo montado en fábrica. Basta con seleccionar en un mando situado a la izquierda del volante cuál de los dos carburantes se desea para que el coche se adapte, automáticamente, a la opción deseada.
En principio, la opción lógica es hacerlo con GLP por su menor consumo y contaminaciones y, una vez agotado el depósito, pasar a gasolina. Tú no tienes que hacer nada si no lo deseas porque el cambio de un modo a otro es automático. Todo seguirá prácticamente igual, incluso las prestaciones porque la aceleración es prácticamente similar.
¿Puedes tú ir a un taller e instalar en tu coche ese kit? Por supuesto que sí, pero ten en que también tendrás que encontrar un hueco para instalar del depósito de GLP y otros elementos, además de asumir un coste en torno a unos 2.500 euros y perder la garantía oficial de Dacia. ¿Merece la pena?
Si todavía te quedan dudas, aquí te damos once razones que, seguro, inclinarán tu balanza hacia el lado del GLP:
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